"Shareting" o el riesgo de ser públicos desde la infancia

Que a los padres y madres les encanta presumir de hijos e hijas, es una realidad histórica. Que en la actualidad el "postureo" compartiendo (shareting) de los menores información e imágenes con la aparición y desarrollo de redes sociales, también lo es, y que ello es intrusivo y puede afectar de por vida a la intimidad y privacidad de los niños y niñas, es completamente cierto.
Como ya hemos comentado en muchas ocasiones con nuestros clientes: Solo lo que no subes a internet, es razonablemente privado
Que decidas por ti mismo o misma sobre tu propia imagen, sobre tu cuerpo y cómo te relacionas o necesitas exponerte a los demás para sentirte mejo, es tu derecho, y legalmente con ciertas limitaciones, también lo es sobre el uso de imágenes o datos de nuestros hijos e hijas menores de edad, pero quizá mejor nos lo pensamos antes, dos veces.
Con el buen tiempo, las vacaciones, la felicidad de un viaje, etc., nos encanta contar a quienes nos miran "envidiosos" a través de las redes sociales sobre un instante capturado en esa playa donde te bañas con tu bebe en brazos en aguas turquesas, esa merienda fantástica en un velero, o cuántos largos se hace tu pequeña de ocho años en la "infinity pool" del cinco estrellas en que te alojas, y si encima le das en la cabeza a tu "ex" para ver quién hace más feliz al niño o a la niña, pues más satisfacción...
Pero ... ¿es satisfacción y respetuoso para el niño o la niña? ¿lo será también cuando tenga capacidad de decidir?
Has pensado en ¿cuánto de irrespetuoso puede resultar a esa "otra persona" que es tu propio hijo o hija desvelar su intimidad y dejar esa huella digital, imborrable y eterna en internet, cuando probablemente a los niños solo les interesa pasar tiempo contigo, disfrutando en privado de aquello que no suele tener con abundancia durante el resto del año y que es "tu tiempo y tu atención"?
¿Has pensado en ofrecer la callada como respuesta a una terrible exposición impostada para satisfacer el deseo de saber y necesidad cotilleo del otro?
Hagámoslo por nuestros hijos, por su privacidad, por respetar su "alter ego", no los utilicemoss para culminar lo que no pudimos hacer con su edad, no lo usemos como arma de daño, ni como expresión de soberbia, superioridad o autoestima en realidad disminuida, creyendo torpemente que le damos en la cabeza a los demás.
En una sociedad completamente individualizada y egoísta, resulta paradójico cómo muchos padres (adultos, ojo!), necesitan la evaluación de terceros para afianzar su autoestima perversa, ponen el foco en aquellos a los que satisfacer con imágenes instantáneas de selfies supuestamente felices que cuelgan con animo de dardo dirigido a la envidia ajena por supuestamente colocarse con ello por encima de la media, pero que finalmente concluyen recibiendo una suerte de boomerang por cuanto el poder lo otorgan al exterior, haciéndoles cada vez más dañinamente dependientes de una comparación con el entorno, de la valoración externa y de lo que los demás consideran.
Es muy triste pensar que cada vez hay más personas que dependen en su autoevaluación de que sean autorizados por "likes", aceptando con ello en su vida el fomento de la dependencia.
No necesitar publicar ni difundir para sentirse bien, dice mucho de uno mismo y sobre todo, el no abusar de la información que tenemos de nuestros hijos. ¿Merece la pena sacrificar sus derechos por un tema propio, egoísta y transmitirles además esa carga de responsabilidad sobre esa necesidad que nace en los padres y que probablemente continuarán ejecutando?
A quien no sabe nada de ti porque nada publicaste, no le queda otra que imaginar. A quien quiera saber, mentiras a él.
Recuerda: La insatisfacción de la curiosidad de los terceros y el rechazo que haces de la importancia que les otorgas, resulta realmente fastidiosa y te otorga el poder.
MENOS es MÁS!
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